Supongo que el FBI tenía sus razones para cerrar Megaupload. Las descargas fraudulentas son una “carga” para los derechos de autor. Y en ese sentido, no puedo más que congratularme con la acción, por lo que me pudiera tocar.
Sin embargo, ese cierre me ha perjudicado. Yo llevaba tiempo almacenando allí, con paciencia, los archivos que pretendía compartir a través de este Blog y ahora me encuentro con que sólo tengo humo. Creo que el cierre de Megaupload vino al día siguiente de que yo terminara de estructurar la arquitectura de la Bitácora.
De modo que ahora me veo obligado a retrasar la inclusión de los diferentes enlaces hasta que encuentre una solución suficientemente aceptable y con pocos límites de espacio. Intentaré diversificar mis almacenamientos para que esto no vuelva a ocurrir. Espero que sepan perdonar los vacíos de algunas páginas, porque se deben a tal acontecimiento y no a desidia mía en llenarlos de contenido.
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